Huerta El Tranquillón

En la restauración y rehabilitación del conjunto se ha mantenido y conservado, en lo posible, la esencia de la construcción manchega originaria y para ello se ha procurado conservar los elementos y materiales originales que lo permitían. Aquellos elementos o materiales cuya conservación no era posible han sido sustituidos por otros nuevos si bien conservando la esencia de la antigua construcción así como buscando su integración en la misma.

El resultado de la restauración de la casa es una vivienda: cuatro dormitorios, salón, cocina, baño, aseo y patio.  Todo en planta baja.  Con todas las comodidades y servicios actuales así como los elementos necesarios para que la estancia en la misma sea disfrutada al máximo recreándose en los placeres de la conversación, la amistad, la buena mesa, etc..

Así en el salón encontramos una chimenea donde pasar las veladas al calor del fuego, en el patio tenemos una barbacoa donde poder preparar y cocinar los mejores platos, o si se prefiere, preparar esos platos en el horno moruno del que también se dispone en la casa.

En el verano, se puede atemperar las temperaturas del día mediante el baño en la piscina construida a partir de la balsa de riego existente en la antigua huerta; del mismo modo se puede disfrutar de un amplio jardín en el que los niños pueden divertirse en los columpios y los mayores recrearse en un cenador/velador, junto al cual existe una barbacoa, y donde se puede “tomar el fresco” de las noches del verano.

Igualmente, en la proximidad de la casa, a 20 m., existen construidas de obra cuatro casetas para perros en las cuales se pueden alojar

los mismos.