Extremadura es una comunidad con un patrimonio impresionante. Un territorio que merece ser descubierto poco a poco. Sus paisajes y pueblos invitan a pasar unos días y conocer lugares de lo más interesantes. Lo demostramos, de nuevo, con este artículo, en el que hablamos de algunos de los castillos de Extremadura que visitar.
Así, aquí os vamos a mostrar algunas de las fortificaciones de la comunidad más imponentes que recogen interesantes episodios históricos.
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Muchas de las construcciones defensivas de Extremadura tienen su origen en la Reconquista, en sitios estratégicos y generalmente sobre otras construcciones previas.
Castillos y Fortalezas que descubrir en Extremadura
En total, os vamos a hablar de 11 castillos y fortificaciones que puedes conocer en Extremadura y que os impresionarán, a buen seguro.
1. Castillo de Condes de Oropesa
El Castillo de Jarandilla de la Vera es una de las fortificaciones más impresionantes de Extremadura. También conocido como el Castillo de los Condes de Oropesa o el Castillo de Carlos V, destaca por su arquitectura de estilo gótico, fruto de su estructura del siglo XIII.
Con una entrada por medio de un puente levadizo para pasar el foso, el castillo está conformado por tres recintos cuadrangulares. Entre los diferentes elementos de la fortaleza, sobresale por su patio interior y galería gótica.
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El castillo es ampliamente conocido por ser lugar de residencia de Carlos V en el siglo XVI.
Perfectamente restaurando, el castillo de Jarandilla de la Vera es hoy en día uno de los Paradores Nacionales. El castillo está en una de las localidades extremeñas con más historia, por lo que te recomendamos que la descubras.
2. Castillo de Medellín
Conocida por ser la villa en la que nació Hernán Cortés, Medellín es una localidad extremeña con un impresionante patrimonio, incluso de su época romana. De hecho, fue un importante punto estratégico al estar enclavado en la Vía de la Plata.
Un lugar en el que tienes mucho que descubrir y donde destaca su castillo. Asentado sobre un cerro, dominando el río Guadiana, la fortaleza fue levantada en el siglo XIV, adaptándose a las mil maravillas a su difícil orografía.
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Por ello, sobresale la forma alargada de su castillo, recorriendo toda la colina de forma sinuosa y atractiva, justo debajo de su Teatro Romano, el cual crea una estampa increíble.
El Castillo de Medellín sufrió grandes desperfectos, debido al constante cambio de manos y de las numerosas disputas que esto conllevaba. Además de servir como recinto defensivo, también fue utilizado como residencia de reyes portugueses e incluso como cementerio.
3. Castillo de Trujillo
Trujillo es uno de los pueblos con más encanto, no solo de Extremadura, sino de toda España. Una pequeña ciudad que sobresale por su excelsa plaza mayor y sus casas señoriales. Un pueblo en el que también destaca su patrimonio religioso, con lugares como la Iglesia de San Martín de Tours o la de San Francisco.
Por supuesto, entre los numerosos monumentos que visitar está el castillo de Trujillo. Situado en el cerro de Cabeza del Zorro. La estructura original de esta fortaleza data del siglo IX, sobre una antigua alcazaba.
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De grandes dimensiones, la construcción actual del castillo está realizada con bloques de granito de sillería y cuenta, además, con hasta 17 torres defensivas de planta cuadrada.
En un gran estado de conservación, hoy en día puedes visitar el castillo de forma libre y descubrir numerosos rincones de la misma, incluyendo 4 de las 7 puertas de entrada, su patio de armas o la albacara.
4. Castillo de Alburquerque
La localidad de Alburquerque está situada en plena Sierra de San Pedro, en la frontera con Portugal. Un pueblo de preciosas casas blancas y estrechas calles, con un precioso conjunto monumental, entre los cuales sobresale su castillo.
Considerado como uno de los mayores exponentes de la arquitectura medieval extremeña, es también conocido como el Castillo de Luna, ya que Álvaro de Luna fue el encargado de construir varios de sus elementos durante el siglo XV. La fortificación se encuentra en lo alto de un rocoso cerro, dominando toda la zona. Punto estratégico fundamental, fue reconquistada a mediados del siglo XII.
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Posteriormente, la disputa entre España y Portugal se extendió durante siglos. De estructura robusta con mampuesto y sillarejos, sobresale por su gran torre del homenaje de 5 pisos de altura.
Los estilos arquitectónicos principales de la fortificación son el románico tardío y gótico, fruto de la restauración llevada a cabo hace décadas y que emula la fortaleza a finales del siglo XIII.
5. Castillo de Granadilla
Granadilla es una localidad de origen medieval. Una villa amurallada que fue abandonada y que, hoy en día, está siendo totalmente rehabilitada. De entre todas las edificaciones de Granadilla, uno de los lugares más sobresalientes es el castillo, situado en uno de los extremos de la villa.
La fortaleza destaca por su curiosa disposición. Con una clara influencia de estilo italiano, es un castillo de forma prismática de sección cuadrangular. Construida en el siglo XIII, llegó a ser propiedad de la casa de Alba.
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La planta del castillo de Granadilla es “poliobulada”, con 4 lóbulos y sus correspondientes esquinas, siendo especialmente original.
La torre consta de 4 plantas, incluyendo aljibe y mazmorras. También tiene dos plantas destinadas como hogar y una última como sala de armas. Perfectamente conservada, desde lo alto de la torre podrás divisar esta preciosa localidad y su entorno, con el embalse de Gabriel y Galán.
6. Castillo de los Duques de Feria de Zafra
Zafra es una preciosa localidad extremeña que sobresale por su espectacular alcázar. Sobre una antigua estructura, el conde de Feria decidió, a mediados del siglo XV, construir este impactante palacio fortificado.
Pensado principalmente para su uso residencial, el estilo arquitectónico predominante es el gótico, mientras que los elementos mudéjares terminan por dar forma a un castillo de lo más singular. De planta cuadrada, destaca por sus almenas de estilo árabe. En total, dispone de 9 torres circulares, donde destaca la torre del homenaje, en la parte oriental.
Alonso de Mendoza
En tiempos, había una muralla que encerraba la fortaleza y un inmenso patio de armas, siendo hoy la plaza del Alcázar.
Entre los diferentes rincones del interior del castillo, uno de los más llamativos es el patio de estilo renacentista. El castillo de los Duques de Feria no solo es único, sino que su estado es magnífico, gracias a que en los años 60 se transformó en Parador Nacional de Turismo.
7. Castillo de Coria
La pequeña ciudad de Coria goza de un amplio patrimonio monumental. Hay muchas razones para poder descubrir Coria y, por supuesto, uno de ellos es su espectacular castillo. La construcción data del siglo XV, por encargo de García Álvarez de Toledo y con el arquitecto Juan Carrera a los mandos.
Para ello, se aprovechó una antigua fortificación romana. Es más, parte del material de dicho castillo se reutilizó. Cuenta con una torre del homenaje, desde la cual se puede disfrutar de unas vistas panorámicas de toda la ciudad y de las Vegas del río Alagón.
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Declarada BIC, esta junto al palacio señorial de los Duques de Alba, un palacio señorial con elementos de bastión militar y de estilo gótico-renacentista.
En la actualidad, el castillo de Coria no está abierto a las visitas, pero se está llevando una profunda rehabilitación por la Asociación de Amigos del Castillo, gracias a la cual volver a disfrutar de esta fortaleza.
8. Castillo de Burguillos del Cerro
Burguillos del Cerro es un precioso pueblo extremeño, donde su castillo te sorprenderá por su ubicación. Dominando una posición elevada, su esbelta muralla sigue siendo una referencia de la localidad.
Tal y como sucede con tras fortalezas de la comarca de Zafra-Río Bodión, es de origen musulmán. Sin embargo, cuando pasó a las manos de la Orden del Temple, fue cuando se amplió y dotó del aspecto que conocemos hoy en día, entre los siglos XIII y XIV.
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De planta poligonal, cuenta con dos grandes torres: la Torre de Homenaje y la Torre Parda. De la misma forma, tiene también dos pequeñas torres circulares y una prismática.
Su buen estado de conservación permite que sea visitada con total normalidad. Además de las mencionadas torres, tiene un patio de armas en el interior del cuadrilátero que contaba con diversas habitaciones y un aljibe.
9. Castillo de Belvís de Monroy
El de Belvís de Monroy es uno de los castillos de Extremadura más destacados. Esto se debe a numerosos factores, entre los que destaca su estructura y aquellos acontecimientos históricos que tuvieron lugar en la misma.
La construcción surge de un mandato del Rey Sancho IV en el siglo XIII para repoblar la zona, tras la Reconquista. La casa fuerte se levantaría unos años después, ya en el siglo XIV. Su importancia patrimonial reside, entre otras cuestiones, por la mezcla de diferentes estilos arquitectónicos, como el renacentista o el barroco.
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A pesar de su impactante fachada, el castillo de Belvís de Monroy se encuentra en ruinas. Eso sí, cabe recalcar que no le resta ni un ápice de majestuosidad a la construcción.
El castillo de Belvís de Monroy se divide en tres partes, de las cuales destaca su torre del homenaje. También cuenta con una muralla con torreones defensivos, el castillo y torres que delimitan su perímetro.
10. Castillo de Feria
Nada más llegar a la localidad extremeña de Feria, el visitante pone el foco a su colina encrespada, donde está el impresionante castillo, sobresaliendo ante la llanura que lo rodea. En esta zona había previamente un castro romano y una pequeña alcazaba.
Con los duques de Feria, ya en el siglo XV, es cuando se comenzó la estructura que hoy podemos conocer. Un conjunto fortificado en el que destaca sobremanera la torre del homenaje, así como un patio de armas y una muralla poligonal con 9 torres.
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La torre del homenaje del castillo de Feria llama la atención por su robustez. Una torre de 40 metros de altura y 4 pisos.
Lo mejor de esta torre es que, a pesar de su imponente aspecto, hay numerosos detalles elegantes en su fachada, haciendo hincapié en su puerta de entrada de estilo gótico o los finos recercos de sus ventanas.
11. Castillo de Monroy
Construido sobre los restos de una anterior edificación, el Castillo de Monroy fue erigido en el siglo XIV, con un característico estilo gótico-mudéjar. Al igual que otras construcciones, surge con el objetivo de repoblar la zona, al ser un lugar de importancia estratégica entre Plasencia y Trujillo.
A lo largo de la historia, ha sufrido numerosas modificaciones, danto como resultado uno de los castillos más interesantes de Extremadura, tanto por el propio castillo, como la muralla y su entrada al mismo.
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El castillo de Monroy está compuesto por una sección rectangular y 4 torres, siendo 3 de ellas correspondientes a su construcción primigenia.
Posteriormente se fue ampliando con una muralla, una nueva torre y una galería con pórticos. Más tarde se construyó una barbacana y en la actualidad. Actualmente, es una propiedad privada, por lo que no se puede visitar su interior.
Como puedes ver, en Extremadura hay castillos impresionantes en los que poder descubrir, con mayor profundidad, la apasionante historia de este territorio.