Para los amantes de la montaña y la escalada, hoy os dejamos un artículo sobre los Mallos de Riglos, en la provincia de Huesca.
Los Mallos de Riglos son unas impresionantes paredes, formadas a través de sedimentos que antiguos afluentes del río Ebro dejaron a su paso, y que hoy en día constituyen un paraíso para los escaladores.
La primera ascensión a uno de estos Mallos data del año 1935, en el que un francés, Jean Arlaud consigue conquistar el Mallo Firé. A partir de este momento se sucedieron las ascensiones y la apertura de vías en cada uno de los Mallos. En la actualidad son numerosas las vías de ascensión abiertas, y estas formaciones rocosas están abiertas a todo tipo de montañeros: Desde los escaladores más avanzados, que siguen ascendiendo al modo clásico, hasta los montañeros más inexpertos, que tienen la opción de ascender al Macizo d’os Fils a través de una vía ferrata.
Además, los aficionados al senderismo pueden disfrutar de dos rutas de baja dificultad (una de aproximadamente 2 horas, y la más larga, de 5), que pasan por la parte montañosa situada tras los Mallos y donde podrán gozar del paisaje que aparece en sus 4 miradores. En ellos, el caminante puede admirar una impresionante vista panorámica con los Mallos bajo sus pies, y el paso del río Gállego al fondo.
Cabe destacar que en toda la oferta cercana a los Mallos, el visitante puede disfrutar e una amplia oferta de deportes de ventura: Desde la mencionada vía ferrata, hasta el salto base en paracaídas desde los Mallos, pasando por otras actividades como la práctica de puenting a pocos kilómetros del pueblo de Riglos.
Aquí os dejamos un enlace con algunos puntos de interés y alojamiento, para aquellos que deseéis visitar esta zona.