El Llano Quintanilla

El Llano de Quintanilla es una finca que te permitirá inmiscuirte, como nunca antes, en la vida rural. Es una antigua casa de labranza familiar del siglo XIX, situada en Yecla, que está totalmente rodeada de viñedos y con envidiables vistas a la Sierra Salinas, donde practicar el turismo cultural de la zona, y realizar gratificantes paseos por nuestros parajes naturales. Un increíble alojamiento con piscina, diseñado para grandes grupos.

En la actualidad se encuentra totalmente restaurada, aunque sin perder aquellas marcas propias de lo rústico, detalles que hacen de este alojamiento un sitio único. En el Llano de Quintanilla se ofrecen dos casas rurales independientes, las cuales se pueden alquilar de forma íntegra o por habitaciones.

Por un lado, se encuentra la Casa Rural La Carrucha. Es una casa con capacidad para 9 personas que se puede ampliar a 12 con sofá cama y camas supletorias. Cuenta con 4 cómodas habitaciones, cada una decorada con su propio estilo. En las estancias comunes, dispone de cocina, salón-comedor abierto con salida al patio.

Cada uno de los espacios tiene su encanto, su objeto simbólico, como el comedor, que en torno a la chimenea organiza un clima sumamente acogedor donde zambullirse en meditaciones profundas, en charlas entusiastas, disfrutando de la soledad o de la compañía al calor del fuego.

También disponemos de la Casa Rural El Aljibe. Es un alojamiento para un total de 4-5 personas que dispone de 2 habitaciones, cocina, salón-comedor y terraza.

Por su parte, el exterior se reúne con la naturaleza de un modo maravilloso. El patio ostenta una barbacoa más que propicia para cenas y almuerzos grupales. 

Como muchos lugareños, los propietarios de la casa son productores ecológicos, y sus vinos son la síntesis perfecta del paisaje de vastas extensiones sembradas de viñedos, ideales para pasear a la luz de la luna y para aprender el mundo vitivinícola.

Podrás disfrutar de diferentes zonas de relax, como un jardín, bodega o un porche en el que tomarse un buen vino es todo un placer. La finca tiene además piscina, indispensable en los meses de verano.

¿Lo mejor de todo? El trato cercano y familiar de Adela. ¡Seguro que os contagia su amor por la vida rural!